viernes, 23 de noviembre de 2012


HANZ LENZ  “El papel indígena mexicano” Coeleción SEPSETENTAS, Edicion México,1973.

III. Fabricación y supervivencia del papel (amate).

A pesar de la importancia que el papel tuvo entre las civilizaciones antiguas de México, son muy escasos los datos que los primeros cronistas nos legaron acerca de los procedimientos para fabricarlo. Ni la menor mención hemos encontrado en los códices y manuscritos inmediatos a la Conquista, cosa un tanto difícil de explicar ya que, por ejemplo, el códice florentino nos d una idea los trabajos de plumería, de orfebrería, fundición, modelado y martillado del oro de los tejidos y de las faenas agrícolas. Algunos escriben que el papel se fabricaba de maguey, otros que de la corteza de unos árboles o de su raíz.

…Bernal Diaz del Castillo, quien debe haberlo visto o sabido de una fuente directa, escribe: “librillos de un papel de corteza de árbol, que llaman amatl”. Y fray Diego de Landa nos dice: “este papel lo hacían de las raíces de un árbol y le daban un lustre blanco en que se podía escribir”. Los amates alcanzanproporciones gigantescas y el tronco desarrolla una especie de puntales naturales, que le sirven para soportar su enorme estructura y tienen el aspecto de raíces aéreas. Tales raíces son muy comunes en el matapalo (Ficus sp.)  Landa debe haberse referido a este sistema de puntales, de los cuales dado su gran tamaño, los indígenas fácilmentepodían cortar las cortezas para hacer papel, sin tener que recurrir al desprendimiento dificultoso de las del tronco.    ….

…Visitamos primero San Pablito, cuyos habitantes son otomíes, llamese en lengua nativa Nvite, y pertenece al municipio de Pahuatlán, estado de Puebla. Los otomíes, perseguidos por los mexicanos, buscaron refugio en las sierras. Lejos de sus antiguos enemigos y relativamente a salvo de éstos y de cualquier intento civilizador, conservan casi intacto su idioma y las costumbres de sus antepasados.    …..

Hombres y mujeres, indistintamente, se encargan de de conseguir la materia prima necesaria, pero en todo el proceso de fabricación solo intervienen las hembras…la recolección se hace durante los meses de Abril, Mayo y Junio, en el periodo que ellos llaman estar “tierna la luna”; es decir, antes de la luna llena, pero después de la conjunción, que es cuando con mayor facilidad se desprende la fibra que está entre la corteza y el tronco de los árboles, aunque en algunas ocasiones tienen que esperar a que se presenten las primeras lluvias para que el agua reblandezca la corteza y tanto ésta como la fibra puedan desprenderse con menor esfuerzo. Hacen su papel principalmente de las fibras liberianas que obtienen de los siguientes árboles:

Xalamatl grande Nta-po-potzá

Xalamatl Bayo Po-potzá

Xalamatl Limón Muxi-coní

Moral Tzá- secua

Teo-chichicastle Ix-ná

Localizado alguno de éstos árboles…valiéndose de un machete, se le hace un corte transversal en el tronco, pero cerca de una rama que, sin ser muy delgada, esté aún tierna, pués es la parte del árbol que mejor se desprende y da la fibra mas adecuada.  Luego tira de la fibra y la corteza juntas, procurando arrancar un trozo del mayor largo y ancho posibles. Estos árboles tienen la propiedad de renovar tanto la fibra como la corteza en no mas de tres años.

Reunida la suficiente cantidad de tiras de fibra con corteza, regresan a su pueblo y se la entregan a las mujeres, quienes se encargan de la preparación y acabado: empiezan con despegar con la mano las cortezas y las fibras y, en caso de que no vayan a elaborar de inmediato el papel, ponen a secar la fibra al sol, y una vez seca la guardan; si proceden a fabricarlo enseguida, mientras está aún seca la fibra, y con objeto de quitarle un liquido pegajoso que segrega, al que ellos llaman “leche” (latex), se lavan con agua ya sea en una vasija o en un arroyo, pero de preferencia en agua corriente. Para ello sumergen las tiras de fibra varias veces en el agua y, al sacarlas, las sacuden; luego, en un lugar del arroyo donde la corriente no sea muy fuerte, las colocan dentro del agua y las dejan remojar una hora o mas. Si el sol es muy intenso ponen encima de las fibras algunas ramas con objeto de hacerles sombra y de sumergirlas perfectamente, y con el propósito de que la corriente no se las lleve forman en todo el ancho del arroyo un pequeño dique de piedras.

Una vez bien limpia y lavada, sacan la fibra del arroyo y la ponen dentro de una olla de barro grueso, tzeye, y a fuego lento dejan cocer durante tres a cuatro horas. Tratándose de fibras suaves y de las de moral y xalamatl limón en particular, ponen dentro de la olla agua de ceniza de leña (carbonato de potasa) que les queda en los fogones o comales al hacer sus tortillas o cocer sus alimentos. Cuando las fibras son duras, como las del xalamatl grande que produce un papel de color morado, agregan además agua de nejayote, “caldo de nixtamal” como ellos dicen, del nixcómel en que con cal han cocido el maíz para sus tortillas. Cabe decir aquí que la adición de cal al cocimiento torna amarillentas las fibras y seguramente éste es el motivo por el cual no se usa dicho producto cuando se trata de fibras de moral y xalamatl limón, cuyo papel debe conservar el color blanco.

   Cocido el material, lo dejan enfriar, lavan de nuevo la fibra en agua limpia y después de esta operación, queda lista para usarse. Para conservarla bien mojada, la colocan dentro de una jícara llena de agua. No pudimos observar empleo de aderezo alguno. Preparada la fibra en la vasija, la mujer se sienta en el suelo teniéndola a su alcance, toma la tablita, muixté , hecha de jonote baboso grande, de unos 40 cm. de largo, 15 de ancho y 2 de grueso, cuyas caras son lisas; en una de esas caras acomoda una tira de fibra dándole la forma de un rectángulo y luego pone otras dos tiras mas chicas de manera que el rectángulo quede cortado en tres partes mas o menos iguales.  Si la tablita es nueva y se usa por primera vez, antes de colocar las fibras le untan un poco de jabón con objeto de que la hoja de papel pueda desprenderse fácilmente; si ya está usada, una vez que se coloca la fibra la rocían con agua simple de la misma que tiene la vasija en que están las fibras.

Puestas las fibras de la manera descrita, la mujer toma una tablita sobre sus piernas y la detiene con la mano izquierda, mientras con la derecha empieza a golpear o macerar la fibra valiéndose para ello de una piedra (batidor), muiní-to ( muini, golpear; to, piedra), …Las fibras al machacarse se van extendiendo, uniendo y adelgazando, hasta que adquieren la forma y grueso de una hoja de papel. Aunque algo irregulares en sus dimensiones, estas tienen mas o menos un largo de 25 cm. Y un ancho de 13. Después se voltea la tablita para colocar en la otra cara mas fibra y reiniciar el procedimiento.

domingo, 24 de abril de 2011



AMATL
EL PAPEL DE UNA CULTURA.
Por David Cosío

Las manos de Enrique Xotenco, artesano otomí del estado mexicano de Puebla, nos ofrecen una hoja de papel amate que se confunde con el tono cobrizo de su piel; al tomarla y sentir entre los dedos su textura rugosa, puede palparse la melancolía de un mundo más apegado a la naturaleza, de un sitio que ha evolucionado a las necesidades contemporáneas, traspasando así las fronteras.
Las crónicas que legaron algunos conquistadores españoles y misioneros en la época de la Colonia no pueden evitar hacer referencia a este papel y al uso que le daban; de tal forma, por ejemplo, encontramos en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, el momento en que éstos visitan por vez primera la plaza de Tlatelolco; admirado por la multitud que ahí se encontraba y los innumerables productos que se vendían, narra: “ Para qué gasto yo tantas palabras de lo que vendían en aquella gran plaza, porque es para no acabar tan presto de contar por menudo todas las cosas, sino que papel, que en esta tierra llaman amatl”.
A pesar de la importancia comercial que tenía el papel que tributaban al imperio azteca los 42 pueblos productores –según el códice matricula de tributos-, su significado va todavía más allá. Los ídolos que representaban a los dioses eran ataviados con hojas de amate decoradas de acuerdo con el dios del que se tratara; estas, por lo general, servían como ofrenda en las ceremonias celebradas en honor al dios de la lluvia.
Por otro lado, es indudable la función primordial que tuvo el papel amate como material para la escritura, junto con las pieles de venado y las fibras de maguey, hasta tiempo después de la conquista. De tal manera, no deja de sorprendernos la riqueza de cultura, sabiduría y belleza estética que encierran los llamados códices, que, a pesar del intento por quemarlos con el argumento de que contenían brujería, permanecen aún hasta nuestros días guardando secretos.
El jesuita Joseph Acosta, al percibir la riqueza que contenían los códices y la ceguera de algunos conquistadores hacia ellos, escribió a éste respecto a finales del siglo XVI: “ En la provincia de Yucatán, donde es el obispado que llaman Honduras, había unos libros de hojas a su modo, encuadernados o plegados en que tenían los indios sabios la distribución de sus tiempos, y conocimientos de planetas y animales, y otras cosas naturales…Perecióle a un doctrinero que todo aquello debían de ser hechizos y arte mágica, y porfió  que se habían de quemar…lo cual sintieron después no solo los indios sino  españoles curiosos, que deseaban saber secretos de aquella tierra”.
Sin embargo, como una forma de reafirmación y lucha cultural, el papel amate ha trascendido el tiempo y la fuerza de la modernidad; y en nuestros días, todavía e algunas comunidades otomíes del estado de Veracruz y en una de Puebla se sigue elaborando con fines rituales; en esta ultima lo han retomado para producirlo de manera significativa para el comercio.

BITE O "BAJO EL CERRO DEL BRUJO"
En la sierre norte del estado de Puebla, entre una vegetación templada con ciertos rasgos tropicales, un camino de terracería nos conduce hasta la comunidad otomí de San Pablito, o como lo llaman sus pobladores, Bite, lo que significa "bajo el cerro del brujo". Golpes ritmicos y acelerados sobre madera  resuenan por toda la comunidad, como el palpitar agitado de un pueblo que vive una tradición que ha recorrido tiempos ancestrales.
El olor a leña ardiente hace que nos acerquemos a una casa en donde, aprimera vista, se puede percibir un gran cazo en el que hierve en agua la fibra con la que hacen el papel. Enrique Xotenco nos ivita amblemente a pasar a su hogar y a adentrarnos en su  mundo.
Su esposa Margarita, que sale también a recibirnos, no habla mucho, pero su rostro que esboza  siempre una sonrisa produce un efecto de calidez y tranquilidad al mismo tiempo. Al preguntarle a Enrique sobre la elaboración de las hojas de amate, sonríe tambien, nos dice que hemos tenido suerte porque el primer paso es la compra del koni o jonote, que son las fibras con las que se fabrica el papel -localizadas entre la corteza del árbol y la madera- y que es traido por los "jonoteros", como el que va llegando precisamente en ese momento.
Con ayuda de su padre, Enrique comienza a desenvolver los atados de fibra, la selecciona como si le estuviera agradeciendo con caricias y nos comenta: "Los jonoteros  -los que desprenden la fibra del árbol y se la llevan- nos venden atados de unos 15 kilos que nos alcanzan como para unas 20 hojas de 60 x40 centimetros". Nos explica que la pone a hervir con algo de ceniza y cal y, dependiendo del tipo de árbol, puede tardar entre cuatro y seis horas en estar lista.
El sol comienza a esconderse entre los cerros, y con ello, el calor se desvanece poco a poco. Enrique nos invita al día siguiente para que, una vez que se haya enfriado la fibra, veamos el proceso por el cual se hace el papel.  Al momento de salir, un grupo de hombres danzantes, disfrazados con blusas bordadas y faldas de lana de mujer y con el rostro cubierto con mascadas y plumas de pavo real en la cabeza, acompañados por violin y guitarrra, llenan el ambiente de fiesta y religiosidad.
Al ver nuestra cara de asombro, Enrique nos explica que ese carnaval se lleva a cabo toda la semana en la que se celebra el Miércoles de Ceniza y "es para estar bien con... como le podramos llamar...el creador, le bailan a el".
A la mañana siguiente, Margarita y Enrique tienen todo preparado: la fibra humeda y lavada y unos tablones largos en donde van colocando tiras de fibra en forma de cuadrícula. Margarita nos voltea a ver con sus sonrisa que la distingue, como preguntando si estamos listos; le respondemos con el mismo gesto y sac una piedra cuadrada llamada muinto,con la que comienza a golpear las fibras de manera ritmica y veloz. Las tiras van expandiéndose por los golpes y se juntan unas con otras; el fondo de madera va desapareciendo y entonces toda la superficie queda cubierta por una capa delgada de papel; en cuestión de pocos minutos la hoja tiene ya su forma final.

domingo, 17 de abril de 2011

DIOS DEL MAIZ.   Técnica: Papel recortado sobre amate blanco, calado, trenzado y grabado. 80CMS.X80CMS.


      
DIARIO ELABORADO CON HOJAS DE AMATE. (ENCUADERNADO COCIDO)
15CMS.X20CMS.
PORTALAPICES. Elaborado con papel recortado sobre amate.
8X8X8CMS.

                                       AMATE TRENZADO Y CALADO 40x120 CMS.