domingo, 24 de abril de 2011



AMATL
EL PAPEL DE UNA CULTURA.
Por David Cosío

Las manos de Enrique Xotenco, artesano otomí del estado mexicano de Puebla, nos ofrecen una hoja de papel amate que se confunde con el tono cobrizo de su piel; al tomarla y sentir entre los dedos su textura rugosa, puede palparse la melancolía de un mundo más apegado a la naturaleza, de un sitio que ha evolucionado a las necesidades contemporáneas, traspasando así las fronteras.
Las crónicas que legaron algunos conquistadores españoles y misioneros en la época de la Colonia no pueden evitar hacer referencia a este papel y al uso que le daban; de tal forma, por ejemplo, encontramos en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, el momento en que éstos visitan por vez primera la plaza de Tlatelolco; admirado por la multitud que ahí se encontraba y los innumerables productos que se vendían, narra: “ Para qué gasto yo tantas palabras de lo que vendían en aquella gran plaza, porque es para no acabar tan presto de contar por menudo todas las cosas, sino que papel, que en esta tierra llaman amatl”.
A pesar de la importancia comercial que tenía el papel que tributaban al imperio azteca los 42 pueblos productores –según el códice matricula de tributos-, su significado va todavía más allá. Los ídolos que representaban a los dioses eran ataviados con hojas de amate decoradas de acuerdo con el dios del que se tratara; estas, por lo general, servían como ofrenda en las ceremonias celebradas en honor al dios de la lluvia.
Por otro lado, es indudable la función primordial que tuvo el papel amate como material para la escritura, junto con las pieles de venado y las fibras de maguey, hasta tiempo después de la conquista. De tal manera, no deja de sorprendernos la riqueza de cultura, sabiduría y belleza estética que encierran los llamados códices, que, a pesar del intento por quemarlos con el argumento de que contenían brujería, permanecen aún hasta nuestros días guardando secretos.
El jesuita Joseph Acosta, al percibir la riqueza que contenían los códices y la ceguera de algunos conquistadores hacia ellos, escribió a éste respecto a finales del siglo XVI: “ En la provincia de Yucatán, donde es el obispado que llaman Honduras, había unos libros de hojas a su modo, encuadernados o plegados en que tenían los indios sabios la distribución de sus tiempos, y conocimientos de planetas y animales, y otras cosas naturales…Perecióle a un doctrinero que todo aquello debían de ser hechizos y arte mágica, y porfió  que se habían de quemar…lo cual sintieron después no solo los indios sino  españoles curiosos, que deseaban saber secretos de aquella tierra”.
Sin embargo, como una forma de reafirmación y lucha cultural, el papel amate ha trascendido el tiempo y la fuerza de la modernidad; y en nuestros días, todavía e algunas comunidades otomíes del estado de Veracruz y en una de Puebla se sigue elaborando con fines rituales; en esta ultima lo han retomado para producirlo de manera significativa para el comercio.

BITE O "BAJO EL CERRO DEL BRUJO"
En la sierre norte del estado de Puebla, entre una vegetación templada con ciertos rasgos tropicales, un camino de terracería nos conduce hasta la comunidad otomí de San Pablito, o como lo llaman sus pobladores, Bite, lo que significa "bajo el cerro del brujo". Golpes ritmicos y acelerados sobre madera  resuenan por toda la comunidad, como el palpitar agitado de un pueblo que vive una tradición que ha recorrido tiempos ancestrales.
El olor a leña ardiente hace que nos acerquemos a una casa en donde, aprimera vista, se puede percibir un gran cazo en el que hierve en agua la fibra con la que hacen el papel. Enrique Xotenco nos ivita amblemente a pasar a su hogar y a adentrarnos en su  mundo.
Su esposa Margarita, que sale también a recibirnos, no habla mucho, pero su rostro que esboza  siempre una sonrisa produce un efecto de calidez y tranquilidad al mismo tiempo. Al preguntarle a Enrique sobre la elaboración de las hojas de amate, sonríe tambien, nos dice que hemos tenido suerte porque el primer paso es la compra del koni o jonote, que son las fibras con las que se fabrica el papel -localizadas entre la corteza del árbol y la madera- y que es traido por los "jonoteros", como el que va llegando precisamente en ese momento.
Con ayuda de su padre, Enrique comienza a desenvolver los atados de fibra, la selecciona como si le estuviera agradeciendo con caricias y nos comenta: "Los jonoteros  -los que desprenden la fibra del árbol y se la llevan- nos venden atados de unos 15 kilos que nos alcanzan como para unas 20 hojas de 60 x40 centimetros". Nos explica que la pone a hervir con algo de ceniza y cal y, dependiendo del tipo de árbol, puede tardar entre cuatro y seis horas en estar lista.
El sol comienza a esconderse entre los cerros, y con ello, el calor se desvanece poco a poco. Enrique nos invita al día siguiente para que, una vez que se haya enfriado la fibra, veamos el proceso por el cual se hace el papel.  Al momento de salir, un grupo de hombres danzantes, disfrazados con blusas bordadas y faldas de lana de mujer y con el rostro cubierto con mascadas y plumas de pavo real en la cabeza, acompañados por violin y guitarrra, llenan el ambiente de fiesta y religiosidad.
Al ver nuestra cara de asombro, Enrique nos explica que ese carnaval se lleva a cabo toda la semana en la que se celebra el Miércoles de Ceniza y "es para estar bien con... como le podramos llamar...el creador, le bailan a el".
A la mañana siguiente, Margarita y Enrique tienen todo preparado: la fibra humeda y lavada y unos tablones largos en donde van colocando tiras de fibra en forma de cuadrícula. Margarita nos voltea a ver con sus sonrisa que la distingue, como preguntando si estamos listos; le respondemos con el mismo gesto y sac una piedra cuadrada llamada muinto,con la que comienza a golpear las fibras de manera ritmica y veloz. Las tiras van expandiéndose por los golpes y se juntan unas con otras; el fondo de madera va desapareciendo y entonces toda la superficie queda cubierta por una capa delgada de papel; en cuestión de pocos minutos la hoja tiene ya su forma final.

domingo, 17 de abril de 2011

DIOS DEL MAIZ.   Técnica: Papel recortado sobre amate blanco, calado, trenzado y grabado. 80CMS.X80CMS.


      
DIARIO ELABORADO CON HOJAS DE AMATE. (ENCUADERNADO COCIDO)
15CMS.X20CMS.
PORTALAPICES. Elaborado con papel recortado sobre amate.
8X8X8CMS.

                                       AMATE TRENZADO Y CALADO 40x120 CMS.